viernes, 8 de agosto de 2008

Emo rasta-punk, además de flogger cabeza

Nunca me gustó el “encasillamiento” de personas. Ni para el lado bueno, ni para el lado malo. Porque es generalizar.

Porque por una cuestión de que “es así”, un “metalero” tiene que ser bardero, putear a todo lo que se le cruce por delante (tenga o no vida) y no ser amable, para “no transar con nadie”. O un cabeza tiene que vestir de tal, o tal forma. O al revés: una persona que tiene plata sí o sí es “cheta”, y un “cheto” es siempre tacaño, insensible, ajeno a la realidad y demás. Y así se generaliza. “Tribus urbanas” les dicen después.

Tribus urbanas

La cosa es que hace un tiempo vengo leyendo notas como las del Sí! (el sumplemente jóven del diario argentino Clarín) sobre, por ejempo, los “emo”.

Cuando uno busca en Google para tratar de entender mejor como piensa un “emo“, se encuentra con pibes con peinados que hasta hace unos años veíamos en minas, todos de negro o blanco, a rayas, pintados “raro”, algunas lágrimas, algunas estrellas, dibujos de corazones rotos o frases en contra del amor, y demás. Como unas “víctimas full-time”, o gente que pareciera no tener esperanza. Y entonces eso es un emo. Y cualquiera que haga eso (se considere o no “emo“), es un “emo“.

Tribus urbanas

Y así con las demás “tribus”. Cada una con sus cualidades. Como un club que no cobra entrada (o que generalmente no lo hace), pero que pide requisitos.

Que tenga fotolog lo hace “flogger“. Pero no obligatoriamente lo hace vestirse ridículo e ir al abasto todas las semanas a “sacarse fotos para postear”. Entonces a todo el que tiene fotolog lo meten en la bolsa del flogger. Y eso hay gente común a la que no le gusta. Y lo digo yo que no soy justamente una persona enamorada de los fotologs ni de los “floggers“.

Por un lado los pibes (adolescentes/jóvenes sobre todo) sentimos la necesidad de tener un grupo al que pertenecer, y por el otro, suma también que a los medios les encanta generalizar.

Algunos por necesidad, soledad, tristeza, bronca o desesperación, vieron que peinándose así, escuchando esa música, usando esa ropa (o marca), y puteando a ese otro grupo de personas, se sienten realizados. Porque ahora son parte de algo.

Y los medios con cosas que me rompen tanto las bolas, como que si mató a alguien salen corriendo a revisarle la computadora, porque seguro jugaba a algún juego que “causa violencia” (y ojo que no lo dice un defensor acérrimo de los juegos, sino una persona que en su vida tuvo como mucho 5 juegos en sus computadoras y todos del tipo “Age of empires”, el “Fifa” o “Los Sims”).

Tribus urbanas

Me tiene podrido eso de ir a pegarle a uno “por cabeza/emo/flogger/cheto/trolo/feo/gordo/sucio”. En el fondo es caer en la bajeza de, al mejor estilo Bush, pegarle porque piensa diferente. Pero después EEUU tira una bomba y a Bush le vamos todo al cuello. Y creo que es claro que no me estoy poniendo “a favor de Bush”, sino que estoy diciendo que muchas veces algunos son “Bushes” a escala.

Y por ahí una de las generalizaciones más grandes y que más me molesta es la de… “los jovenes”. “La juventud está perdida”, “Los jóvenes” se drogan, se ponen en pedo, rompen los tachos de basura, son irrespetuosos, vagos, se visten raro, van a la Creamfield, causan disturbios, no estudian, no les importa nada, y miran “Petinatooo”.

Me tienen podrido las “tribus urbanas”, las generalizaciones, y me tienen podrido las “anti-tribus urbanas” también.

Y no sé bien a qué venía todo eso. Pero me salió y punto. Escribo lo que quiero… ¡Que para algo soy “blogger”! (!!!)

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